Febrero de 2016
Hasta ahora no tenía demasiada experiencia con los insectos. Los únicos que visitaban a mis Lithops con cierta regularidad eran las avispas y las abejas, y eso no supone ningún problema, pero, para mi desgracia, hace unos cuantos días me encontré un grupo de unas diez o doce chicharritas (también conocidas como saltahojas) que estaban chupando descaradamente en dos maceta de mi último semillero (Maceta 4/1 con Lithops vallismariae C281 y Maceta 4/2 con Lithops otzeniana 'Cesky Granat' MSG 301).
A simple vista parecían una especie de "mosquitos raros", muy pequeños y casi trasparentes, que se adherían al cuerpo de mis Lithops y, sólo si yo me acercaba mucho, daban pequeños vuelos, que casi parecían más saltos que vuelos propiamente dichos. ¡Desde luego no eran simples mosquitos!
Se trata de un semillero que sembré el 6 de abril de 2015, es decir que las plantas tenían ya más de 10 meses, así que la presencia de las chicharritas me causó un profundo malestar. Sobre todo porque estoy muy interesado en cultivar Lithops vallismariae desde semilla y los ejemplares que estaban atacando, antes de ser atacados, tenían un aspecto inmejorable. En cuanto a los Lithops otzeniana 'Cesky Granat', aunque me interesan menos que los anteriores, también se trata de un cultivar bastante complicadillo de conseguir.
Así que lo primero que hice fue aplicar un producto triple acción: insecticida - fungicida - acaricida. El componente insecticida era necesario por motivos obvios. El componente fungicida también era bastante necesario porque, en buena parte de los casos, estos insectos son transmisores de hongos y/o bacterias y, como su propio nombre indica, el fúngica es necesario para intentar erradicar problemas por hogos. En cuanto al tercer componente, el acaricida, en este caso no era muy necesario. Hubiera preferido que fuera también bactericida, pero no existe un triple acción que también sea bactericida, que yo sepa.
El insecticida funciono a la perfección y, en apenas unos segundos, todas las chicharritas estaban eliminadas.
De hecho, en ese momento aún no sabía exactamente de qué tipo de insecto se trataba. Sólo unos días después pude identificarlo, gracias a un miembro leonés de Infojardin, que me ayudó con la identificación.
Dejé pasar unos cuantos días y, aparentemente no había más insectos. Aunque cabía la posibilidad de que hubieran puesto huevos y los insectos volvieran a parecer. Pero ese problema no era lo que más me preocupaba porque, sólo era cuestión de estar atento, siempre podría volver a dar cuenta de ellos volviendo a aplicar el insecticida. Además, tengo la sensación de que las chicharritas que eliminé aún no eran adultas y no creo que hubieran llegado a poner huevos.
Un par de semanas continuaba sin haber nuevas chicharritas, lo que sí pude comprobar es que el algunos de los ejemplares de los Lithops tenían un mal aspecto en la base de sus cuerpos. Probablemente hongos, así que decidí volver a actuar.
Como puede apreciarse en la fotografía anterior, en este semillero utilicé una capa superior de tierra negra convencional (sólo una delegada capa superior, ya que el resto del sustrato era no orgánico). Los semilleros en los que hice ese experimento no me dieron ningún problema y, efectivamente, durante los primeros meses esa capa ayuda a retener humedad, pero no creo que vaya a volver a utilizar esa capa superior en el futuro, porque no descarto que pueda favorecer la aparición de hongos perjudícales.
En este caso, como no estaba tranquilo, lo que he hecho ha sido trasplantar los ejemplares, lavándoles antes con agua para eliminar toda la tierra y volviendo a aplicar de nuevo el producto triple acción, en este caso sobre todo por su efecto fungicida.
Ahora, después completar el trasplante, lo único que tengo que hacer es continuar atento para ver cómo van evolucionando.
Lo que sí voy a hacer es preparar unos pequeños apuntes con información sobre las chicharritas. Por lo menos que este desagradable incidente me sirva para aprender algo.
Se llama chicharritas o saltahojas a unos insectos hemípteros, fundamentalmente de la familia Cicadellidae. Son insectos pequeños, de entre 3 a 6 mm. de longitud y suelen ser delgados. Su color es variable, pudiendo ser verde claro, verde amarillento, amarillo anaranjado o verde grisáceo. Las alas son transparentes con varios puntos oscuros. Según parece se distribuyen por todo el mundo y existen, nada más y nada menos que, unas 20.000 especies.
Son insectos chupadores que se alimentan de la savia de una gran variedad de plantas a las que pueden transmitir virus y bacterias, pudiendo llegar a causar graves enfermedades. Cuando las plantas a las que atacan tienen hojas, se suelen situar en la parte inferior (envés) de la hoja, para evitar ser vistos, y tienden a volar y/o saltar cuando se sienten localizados.
Su ciclo de vida consiste en tres etapas: huevo, ninfa y adulto. Los huevos tienen forma de riñón y son puestos en hileras debajo de la superficie de la hoja. Cada hembra puede poner entre 300 y 900 huevos. Las ninfas (etapa inmadura) no tienen alas y son más pequeñas que el adulto. El adulto mide de 3 a 6 mm., su cabeza es pronunciada en forma de pico y tiene antenas muy cortas.
Los huevos eclosionan entre los 9 y 12 días y las larvas tardan aproximadamente 15 días en convertirse en adultos. El ciclo completo dura de 21 a 35 días dependiendo de las temperaturas. Pueden llegar a tener hasta seis generaciones en un año, o incluso alguna más. Los ejemplares adultos, según la especie, pueden vivir desde sólo unas semanas hasta algunos meses.
Estos insectos atacan a una gran variedad de plantas. Las ninfas y los adultos chupan la savia de hojas y tallos. Al alimentarse producen una cierta decoloración amarillenta y también son causantes de una sensible reducción del ritmo de crecimiento de las plantas atacadas. Un gran número de especies de chicharritas también son transmisores de virus, bacterias y hongos.
Al alimentarse, la mayoría de las chicharritas pone a funcionar un músculo que bombea grandes cantidades de savia de la cual extraen su alimento y energía. Mientras se alimentan también eliminan o excretan por el ano las sustancias que son absorbidas en exeso o que no le son útiles.
La mayoría de los miembros de esta familia producen sonidos de baja intensidad que son emitidos por vibración de unos órganos, llamados timbales, que se encuentran en la base del abdomen, de forma similar a como lo hacen las chicharras, pero les falta la bolsa de aire responsable de la alta intensidad del sonido en las chicharras.
Los adultos son muy móviles y pueden viajar grandes distancias llevados por corrientes de aire.