Abril de 2016
En marzo de 2012 sembré parte de las 100 semillas que venían en una bolsita de semillas mix de Lithops que había comprado en Cono’s Paradise. Era la primera vez que sembraba este tipo de plantas.
Precisamente había decidido utilizar un número relativamente alto de semillas para aumentar así la posibilidad de que, al menos algunas de ellas, con el paso del tiempo, llegaran a convertirse en plantas adultas.
Este era el sobrecito de semillas
Utilicé este recipiente para hacer la siembra
En apenas un mes ya tenía un montón de plántulas muy verdes
Para mi sorpresa este semillero fue un auténtico éxito. El porcentaje de germinaciones fue muy alto y muchas de las plántulas fueron creciendo y haciendo sus correspondientes mudas.
Tuve que hacer un repicado, aproximadamente un año después de haber sembrado, porque las plantas que sobrevivían estaban demasiado apretujadas y se molestaban unas a otras.
260 días después de haber sembrado
El año siguiente todo continuó discurriendo razonablemente. Por supuesto que no hubo floraciones tan pronto, pero la mayoría de los Lithops de este semillero crecían, mudaban sus hojas y se les veía muy sanos.
A los dos años los Lithops de este semillero estaban así
El siguiente año fue muy bueno. Se veía que los Lithops estaban cada vez más fuertes y su aspecto era casi el de un buen Lithops adulto. Incluso, a los dos años y siete meses de haber sembrado, un Lithops karamontana muy precoz llegó a florecer.
Era un buen momento para trasplantar, pero decidí no hacerlo. A mí me gusta cultivar cada Lithops en una maceta diferente o, como mucho, poner tres o cuatro ejemplares de la misma especie en cada maceta, ¡pero no más!
No obstante, en este caso no los trasplanté porque me gustaba verlos a todos juntos. ¡Al fin y al cabo eran medio hermanos! Así que decido dejarles en la misma maceta en la que habían vivido desde el principio.
A los dos años y siete meses de haber sembrado apareció la primera flor
Todo continuó perfectamente, los Lithops crecían y crecían y, desde luego, ya podían considerarse Lithops completamente adultos. Además, el hecho de haberlos mantenido juntos en la misma maceta, debo reconocerlo, me gustaba mucho. Peeeeeero . . .
Tres años y tres meses después de sembrar los Lithops estaban preciosos
. . . en septiembre del año pasado, haciendo un recuento de Lithops, observé como en una zona de la maceta algunos de ellos había, literalmente hablando, desaparecido.
Los miré con más atención y vi que los restos que quedaban estaban completamente secos. ¡Menos mal! Si hubiera sido un "problema húmedo" me temo que el resultado hubiera sido bastante peor.
Obviamente se trataba de un mal que se iba extendiendo entre los Lithops que estaban situados próximos entre sí. De hecho, los ejemplares que estaban en el límite de la zona afectada de la maceta sólo tenían dañada la parte de sus hojas más próxima al área mala de la maceta.
Tres años y seis meses después de sembrar surgió un "problema contagioso"
en una zona de la maceta (la delimitada con una linea roja)
en la que murieron varios ejemplares y otros estaban parcialmente dañados
Así que se acabaron las contemplaciones. Había llegado el momento de actuar. Salvo que quisiera perder todos los excelentes Lithops que tenía en esa maceta. La solución más razonable consistía en trasplantar todos los Lithops.
Antes de trasplantar separé los Lithops que estaban parcialmente dañados
Los Lithops que estaban completamente sanos fueron trasplantados, sin más, a macetas individuales, o cuasi-individuales, ya que, con la idea de no tener tantísima maceta, tuve que agrupar a los Lithops que eran de la misma especie en macetas conjuntas.
Los Lithops que estaban completamente dañados no tenían solución, así que no intente salvarlos, porque lo único que podía haber pasado era que terminaran contagiando la enfermedad a otros ejemplares sanos.
Pero había algunos Lithops que sólo tenían dañada parte de una hoja. Decidí intentar sacarlos adelante aplicando lo que podrimos llamar un procedimiento de "cortar por lo sano".
Esto fue lo que hice:
El resultado ha sido muy bueno. En las siguientes fotografías puede verse como estos ejemplares están mudando perfectamente y parece que han superado completamente el traumatismo:
6/9/2015:
Intenté salvar las plantas que estaban menos dañadas
17/9/2015:
En esta fotografía se puede ver el efecto del corte
5/1/2016:
Pronto pude comprobar que los ejemplares "intervenidos" estaban comenzando a mudar
14/2/2016:
Cada vez estaba más seguro de que todo iba bien
6/3/2016:
Con la muda terminada y un aspecto inmejorable
Si no hubiera trasplantado a los Lithops que no estaban dañados, estoy prácticamente seguro, en apenas unas semanas no habría quedado vivo ni uno sólo. Y si no hubiera "cortado por lo sano las partes enfermas" de los Lithops que estaban parcialmente dañados, supongo que tampo habrían sobrevivido.
En cuarto al resto de los Lithops, los que no estaban dañados en el momento del trasplante, también han hecho sus correspondientes mudas y tienen muy buen aspecto.
Como muestra podemos ver este grupo de Lithops karasmontana, todos ellos procedentes del mismo semillero, que ya han mudado y se les ve estupendamente. Uno de ellos, incluso ha llegado a tener cuatro cabezas, ¡con sólo cuatro años de vida!
Los ejemplares que no estaban dañados en el momento del trasplante también han evolucionado perfectamente