Mayo de 2016
Yo no lo considero deseable, aunque, si hay que hacerlo se hace, ¡y ya está! Me explicaré mejor:
Antes de nada deberíamos dejar claro que se entiende, en términos botánicos, por "repicar".
Repicar consiste en trasplantar las plántulas del recipiente donde han germinado las semillas, bien al suelo donde se van a cultivar o bien a otro recipiente, normalmente más grande, que puede ser su maceta definitiva o un nuevo contenedor temporal, donde estarán hasta que alcancen un mayor tamaño.
En resumen: Repicar no es más que un trasplantarte prematuro, que se caracteriza porque los ejemplares trasplantados son todavía tan jóvenes que ni siquiera se les puede considerar auténticas plantas . . . sólo se trata de plántulas.
La cuestión es: ¿para qué sirve repicar unas plántulas?
Si hiciéramos la siembra de las semillas tal como sucede en la Naturaleza, simplemente las dejaríamos caer al azar sobre el suelo donde vamos a cultivar las plantas o, en nuestro caso, sobre las macetas en las que crecerán nuestros Lithops, y esperaríamos, sin más, a que las semillas germinen y las plantas se desarrollen allí mismo.
Si en lugar de esto hacemos la siembra de las semillas en un recipiente relativamente pequeño, tendremos mucho más control y podremos:
Pero llegará un momento en que será necesario repicar las plántulas, llevándolas desde nuestro semillero a una maceta de mayor tamaño. Las principales causas que nos "obligarán" a repicar son las siguientes:
Así que es muy probable que necesitemos de un paso intermedio entre la germinación y el trasplante al lugar definitivo de cultivo, y ese paso intermedio consiste precisamente en repicar las plántulas a una maceta más grande, donde las podremos recolocar de una forma ordenada y óptima.
Pero esta operación de repicado debe realizarse con sumo cuidado, ya que las plántulas son todavía muy frágiles y sus raíces muy delicadas, por lo que resulta muy fácil dañarlas gravemente.
Hasta la fecha yo he hecho fundamentale dos tipos de semilleros: en unos he utilizado como recipiente una placa Petri y en otros he sembrado las semillas directamente en macetas cuadradas estándar (aproximadamente de 10x10x10 cm.).
Dependiendo de cuál de los anteriores dos tipos de recipientes se haya empleado para el semillero, mi recomendación sobre si es necesario repicar será muy diferente: Obviamente repicar es necesario, sí ó sí, si se utiliza una placa Petri para el semillero; pero, si se utiliza una maceta, es posible - y en mi opinión deseable - evitar el repicado.
Justifiquemos un poco ambos criterios:
Una placa de Petri es un recipiente redondo, de cristal o plástico, con una cubierta de la misma forma que la placa, pero algo más grande de diámetro, para que se pueda colocar encima y cerrar el recipiente, aunque no de forma hermética. Se utiliza en los laboratorios principalmente para el cultivo de bacterias, mohos y otros microorganismos, soliéndose cubrir el fondo con distintos medios de cultivo (por ejemplo agar) según el microorganismo que se quiera cultivar
Foto nº 1: Una placa Petri sin tapar
En nuestro caso, para germinar semillas de Lithops podemos utilizar como medio de cultivo papel de cocina, o papel higiénico, o una capa fina de algodón, . . . de forma que simplemente cubriremos el fondo de la palca con ese medio y lo mantendremos permanentemente húmedo (que no encharcado) durante los días necesarios para que se produzca la germinación.
Foto nº 2: Una semilla depositada sobre un papel, utilizado como medio de germinación, en el interior de una placa Petri
Pasados cuatro o cinco días veremos cómo las semillas comienzan a germinar. Lo mejor de este método es que, al estar las semillas sobre un papal blanco, podremos controlar perfectamente cada una de ellas por separado; cosa que sería imposible si hubiéramos sembrado directamente sobre tierra.
Foto nº 3: Con la placa Petri se puede controlar cada semilla de forma individual.
Un par de semanas después tendremos ya unas plántulas algo más grandes y con unas incipientes raicillas, muy blanquecinas todavía, pero perfectamente visibles. En la mayoría de los casos todavía podremos apreciar las cáscaras de la semillas pegadas a las plántulas, que tendrán un precioso color verde muy intenso.
Foto nº 4: Con el paso del tiempo las raicillas serán cada vez más visibles
Dos o tres semanas después veremos cómo las raíces cada vez son más fuertes y, probablemente, tendrán suficiente vigor como para atravesar el papel que estamos utilizando como medio de germinación. Las raíces de los Lithops, desde muy pronto, muestran una clara tendencia a crecer hacia abajo de forma muy rectilínea.
Foto nº 5: Cuando la raíz necesite más espacio habrá llegado el momento de repicar.
En ese momento tendremos dos posibilidades: (i) si las plántulas están bien distribuidas sobre el espacio disponible, podremos repicar todo el papel en su conjunto y colocarlo, tal cual, en la parte superior de una maceta con el sustrato adecuado y, finalmente, colocaremos unas piedrecillas en medio de las plántulas; (ii) si, por el contrario, las plántulas están demasiado juntas, tendremos que repicarlas una a una, intentando "despegarlas" del papel y eso, casi con toda seguridad, supondrá un trauma para las raíces que, en un momento tan temprano son todavía muy tiernas y podrían romperse, con unas consecuencias muy graves para la plántula.
En resumen, en mi opinión, este método de germinación (placa Petri) sólo es recomendable cuando dispongamos de muy pocas semillas y queramos controlarlas una a una y, en ese caso, nos esforzaremos en colocara las semillas bien distribuidas sobre el papel, de forma que al repicar (cuando las plántulas tengan entre 5 y 10 semanas) podamos hacerlo sin más que pasar el papel a la maceta de cultivo, sin tener que manipular las raicillas.
La otra posibilidad es utilizar directamente una maceta, con el sustrato apropiado para cultivar Lithops, para depositar sobre ella las semillas y esperar a que germinen allí directamente. En este caso, en mi opinión, lo ideal es dejar las plántulas, sin repicarlas, en esa misma maceta hasta que tengan, al menos, un año de edad.
Si recordamos lo que decíamos al principio de esta página, los dos motivos principales por los que es necesario repicar son: por un lado, para darle a las raíces el espacio que necesitan (hacía abajo) para poder desarrollarse rápidamente y, por otro lado, redistribuir las plántulas para evitar que estén demasiado juntas unas a otras y puedan llegar a molestarse.
Pero si hemos sembrado las semillas directamente en una maceta con la suficiente profundidad (unos 10 cm. aproximadamente) el primer motivo desaparece inmediatamente, ya que la raíces tendrás suficiente profundidad como para crecer rectas-rectas hacia abajo. En cuanto al segundo motivo, si hemos sido cuidadosos y hemos distribuido uniformemente las semillas sobre la superficie (y también si no hemos sembrado demasiadas semillas) es muy probable que las plántulas puedan seguir creciendo sin necesidad de manipularlas en absoluto.
Una vez desaparecidos los dos motivos que nos obliga a repicar, mi preferencia es no tocar las plantas del sitio donde están creciendo, hasta que tengan un año y estén en condiciones de poder ser trasplantadas, sin que ello suponga un trauma excesivo para ellas.
¿Qué pasaría si hemos sembrado demasiadas semillas, o si, aun no siendo demasiadas, las hemos puesto todas ellas "amontonadas"? Pues, lo que pasará es que, transcurridos cuatro o cinco meses, no habrá suficiente espacio físico entre las plántulas para que puedan crecer adecuadamente y esta falta de espacio producirá que, literalmente hablando, las plántulas se monten unas encima de otras.
Foto nº 6: Plántulas de Lithops gesinae gesinae ex C406 creciendo demasiado apretujadas
En ese caso, obviamente, sí hace falta repicar. No obstante, como hemos podido esperar varios meses antes de hacerlo, algunas de las plántulas ya habrán incluso realizado su primera muda y estarán lo suficientemente desarrolladas como para soportar perfectamente un trasplante. Incluso las que todavía no hayan mudado, tampoco tendrán demasiados problemas para soportar el repicado.
Foto nº 7: Cerca de cien ejemplares de Lithops gesinae gesinae ex C406, que estaban demasiado apretujados.
Aunque no me gusta repicar hasta pasado un año si, como pasa en este caso, es necesario hacerlo las probabilidades de que el trasplante sea un éxito son muy grandes por eso decía al principio que: "si hay que hacerlo se hace, ¡y ya está!"
Foto nº 8: Como se puede ver en esta foto, tomada un mes más tarde que la foto anterior, los Lithops gesinae gesinae ex C406 mudaron perfectamente después de haber sido repicados.
En resumen, cuando siembro directamente en macetas, el único criterio que aplico a la hora de decidir si tengo que repicar, o no, es la densidad de las plántulas. Vamos a ver otro ejemplo de unos jóvenes Lithops hookeri v. susannae C091 que no repliqué y que, como se puede ver en la siguiente foto, estaban justo en el límite de la densidad máxima apropiada.
En la siguiente foto veremos que se trata de unos ejemplares que ya han finalizado su primera muda y, aunque no lleguen al nivel de superponerse unos a otros por falta de espacio. ¡Están justo en el límite! No creo que vaya a poder aguantar mucho más sin trasplantarlos (tendré que hacerlo antes de que cumplan un año) pero, como ya se trata de ejemplares con la primera muda terminada, no estamos hablando de plántulas, sino de auténticos Lithops, muy jóvenes, pero Lithops. Así que ya no estamos hablando de repicar sino de trasplantar.
Foto nº 9: Lithops hookeri v. susannae C091
Pero, como ya he dicho antes, si puedo evitar los trasplantes durante el primer año de vida de mis Lithops prefiero evitarlo. Vamos a ver un último ejemplo de unos Lithops amicorum C410 MSG 2987 que acabo de trasplantar justo hace unos días.
Foto nº 10: Diez ejemplares de Lithops amicorum de un año, justo en el momento de hacer su primer trasplante.
Como se puede ver en la siguiente foto, después de haber crecido durante todo un año sin haberles manipulado de ninguna manera, los ejemplares de Lithops tiene ya un porte considerable, tanto en sus raíces como en la cabeza, de forma que pueden ser trasplantados con todas las garantías . . . obviamente, siempre que hagamos un trasplante correcto . . . pero eso ya es otro tema.
Foto nº 11: Uno de los 10 Lithops amicorum C410 MSG 2987 de un año de edad, con unas estupendas raices.