Todas las fotografias son (c) del autor, salvo que se diga lo contrario
Photographs (c) by the author unless stated differently
Hace apenas un par de meses Tok Schoeman, junto a su esposa y al Dr. Ronald Uijs, realizó un viaje por varias regiones de Namibia, en busca de poblaciones autóctonas de Lithops. Tenemos la suerte de poder reproducir aquí un artículo que Tok ha sido tan amable de escribir para su publicación en estas páginas, en el que nos cuenta el viaje y nos muestra algunas de las fotografías que tomó. Aunque hemos intentado hacer una buena traducción al español, si se habla inglés es preferible leer el artículo original escrito y editado por el propio Tok Schoeman. Para terminar esta introducción sólo nos queda agradecer al autor su amabilidad al preparar un artículo tan riguroso e interesante como el que reproducimos a continuación.
Just a couple of months ago Tok Schoeman, with his wife and Dr. Ronald Uijs, made a trip through various regions of Namibia to visit native Lithops populations. We are fortunate to be able to reproduce here an article that Tok has been kind enough to write for publication in these pages, which describes the trip and shows us some of the photographs they took. Although we have tried to do a good translation into Spanish, if you speak English you may prefer to read the original article written and edited by Tok Schoeman himself. To end this introduction we just thank the author for his kindness in preparing an article as rigorous and interesting as reproduced below:
El 29 de abril de 2013, mi esposa y yo, acompañados por el Dr. Ronald Uijs de Ciudad del Cabo (co-autor del Lithops coleorum S.A. Hammer & R. Uijs 1994) iniciamos un viaje para visitar distintas zonas donde viven Lithops, situadas al sur y al oeste de Windhoek, en Namibia.
La primera localidad visitada fue una granja situada a unos 60 km al SSO de la pequeña ciudad de Rehoboth, el área que los Cole identificaron como típica ubicación de Lithops pseudotruncatella subsp. groendrayensis C244.
Visitamos dos pequeñas colinas, a unos 2 km, donde las plantas crecían entre piedras blancas de cuarcita, bien camufladas por su forma y su color blanco, que las hacia confundirse perfectamente con el entorno.
Aunque sólo había caído un poco de lluvia (hacía ya unas semanas), era evidente que las plantas habían florecido, a pesar de las duras condiciones (Fig. 1.1). Un año antes (febrero de 2012), yo mismo había encontrado una mañana están plantas con capullos y con los cuerpos mucho más turgentes que ahora (Fig. 1.2).
Esta subespecie es probablemente la que tiene un color más pálido y menos marcas de todas las especies conocidas de Lithops y, en la mayoría de los casos, sólo tiene una única cabeza, cuya forma típica es una cara redonda. Aunque algunos ejemplares muestran líneas débiles y algunos puntos (Fig. 1.3), que recuerdan a su pariente más cercano, el L. pseudotruncatella subsp. dendritica.
Briznas de hierba y algunas especies de Acacia arbustiva comparten la zona donde crecen estos Lithops, así como la suculenta Tavaresia barklyi (Fig. 1.4).
Foto nº 1.1: L. pseudotruncatella subsp. groendrayensis en un hábitat muy seco. Foto (c) Denise Schoeman
Foto nº 1.2: L. pseudotruncatella subsp. groendrayensis con capullo, febrero de 2012.
Foto nº 1.3: Un ejemplar de la subsp. groendrayensis en el mismo hábitat con unas marcas más destacadas
Foto nº 1.4: Tavaresia barklyi creciendo junto a la subsp. groendrayensis.
Al día siguiente viajamos a una granja a unos 40 km al oeste de Maltahöhe donde nos habían dicho que había L. schwantesii var. urikosensis. No demasiado lejos del área de referencia para la forma *christinae C210 de esta especie.
Allí encontramos un buen número de plantas creciendo entre piedras calcretas de color blanco- grisáceo, las plantas se distribuían en un terreno amplio y plano (Fig. 2.1).
Una buena parte de las plantas tenían muchas cabezas, lo que era una señal de que nos encontrábamos ante una población aislada, con muchos ejemplares de bastante edad, a los que nadie molesta (Fig. 2.2).
El terreno estaba bastante seco, con escasa vegetación alrededor y los Lithops estaban bastante arrugados. Las plantas habían florecido pronto y algunas todavía tenían capullos, a pesar de la sequía (Fig. 2.3), lo que demuestra su gran capacidad para sobrevivir, e incluso producir semillas, en condiciones muy duras.
Creemos que se trataba de una población de la forma *christinae pero esto sólo podrá confirmarse cuando las plantas están en mejores condiciones.
Foto nº 2.1: Hábitat del L. schwantesii var. urikosensis [*christinae (?)] con Ronald Uijs (a la izquierda) y el autor de este artículo. Foto (C) Denise Schoeman
Foto nº 2.2: Un viejo ejemplar de L. schwantesii var. urikosensis [*christinae (?)] con 17 cabezas. Nota: se pueden ver signos de quemaduras solares en algunos de ellos.
Foto nº 2.3: Sufriendo pero todavía en flor. L. Schwantesii var. urikosensis [* christinae (?)] en el hábitat.
Más tarde, el mismo día, viajamos hacia el norte a una localidad situada entre unos 70 km al SO y unos 90 km al OSO de Rehoboth. Ese es el hábitat de L. pseudotruncatella subsp. dendritica y en los siguientes dos días visitamos cuatro poblaciones de esta subespecie, en sus respectivas ubicaciones.
Esta subespecie habita, sobre todo, en los pedregales blanquecinos de piedra cuarcita, que puede tener un color variable entre el blanco y el amarillo, a menudo con manchas naranjas o grises (Fig. 3.1), y, a veces, con zonas de un color oscuro entre gris y marrón.
Una de las poblaciones, en cambio, crecía en una zona de granito con rocas de un color dominante entre rojo y marrón, aunque también había algunas piedras blancas de la cuarcita dispersas en el área (Fig. 3.2).
Esta subespecie se caracteriza por ejemplares con una única cabeza, con formas casi perfectamente redondas y muchas líneas fuertes que se ramifican desde la fisura hacia los márgenes (Fig. 3.3).
En la mayor parte de las poblaciones visitada, la escasa lluvia de esta temporada, había hecho que las plantas estuvieran bastante arrugadas y tuvieran unos colores entre marrones y anaranjados, colores parecidos a los de un albaricoque seco (Fig. 3.4).
En todos estos sitios, bajo los arbustos espinosos había hierba. En uno de ellos encontramos un grueso tallo de Cyphostemma bainesii (Fig. 3.5), así como un ejemplar verde Aloe viridiflora con flores (Fig. 3.6), se trata de una especie muy difícil de encontrar. Cerca de otra de las población, vimos un Aloe hereroensis en plena floración (Fig. 3.7).
Foto nº 3.1: L. pseudotruncatella subsp. dendritica en su hábitat. Obsérvese cómo se confunden sus colores con los colores de suelo y de la piedra.
Foto nº 3.2: L. pseudotruncatella subsp. dendritica creciendo entre rocas de granito de color marrón rojizo
Foto nº 3.3: Un precioso ejemplar de L. pseudotruncatella subsp. dendritica en su hábitat.
Foto nº 3.4: L. pseudotruncatella subsp. dendritica en su hábitat, enterrado bajo el nivel del suelo.
Foto nº 3.5: Cyphostemma bainesii en su hábitat.
Foto nº 3.6: Un extraño Aloe viridiflora en su hábitat.
Foto nº 3.7: Aloe hereroensis en flor en su hábitat
Después de dejar la zona de la subsp. dendritica, ya en nuestro regreso a casa para descansar una noche, nos detuvimos a unos 30 km al SO de Windhoek, en un lugar donde había L. pseudotruncatella subsp. pseudotruncatella var. pseudotruncatella. En este lugar, en un viaje anterior, nos habíamos encontrado una población de cerca de 10 plantas.
Encontramos el lugar cubierto de hierba alta, arbustos y pequeños árboles (Fig. 4.1), y sólo vimos un único ejemplar que tenía cuatro cabezas, sanas y tersas, entre la hierba. Sus colores se camuflaban a la perfección con el marrón naranja y con piedra de cuarcita blanca de los alrededores (Fig. 4.2).
Foto nº 4.1: Zona de arbustos espinosos y hierba alta con una población de L. pseudotruncatella subsp./Var. pseudotruncatella al SO de Windhoek (Namibia).
Foto nº 4.2: Un saludable ejemplar de L. pseudotruncatella subsp. / Var. pseudotruncatella en su hábitat, al SO de Windhoek.
En el cuarto día de nuestro viaje, nos dirigimos al oeste, camino de Walvis Bay, en el frío Océano Atlántico y desde allí unos 40 km más en dirección tierra adentro, en pleno desierto del Namib. Aquí es donde, en un área muy pequeña, crece el L. gracilidelineata subsp. gracilidelineata var. waldroniae C189 (TL).
En nuestra última visita en 2012 habíamos encontrado solamente cuatro plantas, dándonos cuenta de que la mayoría habían sido recolectadas por coleccionistas. Así que buscamos en las áreas de los alrededores y pudimos encontrar otra pequeña población a unos 5 km. de distancia (Fig. 5.1).
Como había caído un poco lluvia en el desierto, las plantas acababan de florecer y los cuerpos estaban muy tersos. Las caras tenían un tono muy pálido con una prominente joroba y una fuerte reticulación, de un color marrón rojizo, que les hacía parecer pequeños cerebros entre las piedras.
Las plantas están bien protegidos por grandes rocas de color gris claro y gris-marrón (Figs. 5.2 y 5.3).
El resto de vegetación era escasa, sólo había hierba, arbustos bajos y un ejemplar de Hoodii pedicellata con flores (Fig. 5.4).
Foto nº 5.1: Hábitat de L. gracilidelineata var. Waldroniae, en el desierto del Namib, después de haber caído un poco de lluvia.
Foto nº 5.2: Típico ejemplo de L. gracilidelineata subsp. gracilidelineata var. waldroniae su hábitat. Nótense, a la derecha, dos jóvenes plantas situadas por encima de la planta madre.
Foto nº 5.3: Restos de flores del verano pasado de un L. gracilidelineata subsp. gracilidelineata var. waldroniae.
Foto nº 5.4: Un ejemplar de Hoodii pedicellata en su hábitat con una corona de flores.
En nuestro viaje de regreso a Windhoek, pasamos por Swakopmund, esa tarde nos detuvimos en una localidad situada a unos 40 km de la costa, muy conocida para nosotros, pero no para Ronald.
Es un área con una población de L. ruschiorum var. ruschiorum con algunas plantas que tienen unas hermosas y prominentes marcas. Ronald quería verlas. ¡Qué sorpresa! Al acercarnos al lugar, fuimos recibidos por numerosas manchas amarillas (las flores de los Lithops) entre las pálidas rocas y la grava. Todo ello gracias a las recientes lluvias caída sobre el desierto (Fig. 6.1).
De todas las poblaciones de la var. ruschiorum conocidas por mí, ésta tiene los ejemplares más reticuladas de todos (Fig. 6.2), seguida a corta distancias por la var. lineata. Sin embargo el color de la cara de estos últimos es generalmente más anaranjado-marrón, y crecen a unos 500 km al norte-oeste de la Costa de los Esqueletos.
Esta última población era espectacular y muy adecuada como conclusión de un viaje maravilloso.
Foto nº 6.1: Flores en el desierto. Hábitat de L. ruschiorum var. ruschiorum.
Foto nº 6.2: Un viejo y bien marcado ejemplar de L. ruschiorum var. ruschiorum. Téngase en cuenta el pequeño insecto polinizador situado en el centro a la derecha la cabeza.
Ver la vida silvestre en su hábitat natural es una experiencia maravillosa y todo un privilegio. Pero debemos ser conscientes de que existe un delicado equilibrio entre todos los elementos naturales. Cualquier intervención humana puede arruinarlo todo para siempre. ¡No poseemos la Naturaleza, simplemente debemos cuidarla!
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