Febrero de 2022
Los Lithops raros suelen hacer cosas raras, ¡todo vale para sobrevivir!
Compré tres Lithops a mediados del año 2018. En realidad, se trataba de descartes de otras macetas con varios Lithops. Estos tres eran los que menos me interesaban, por eso los planté juntos en una única maceta. Eran un Lithops salicola, un Lithops lesliei y un Lithops lesliei mariae.
Como se puede ver en la foto nº 1 de este reportaje, el Lithops salicola ya venía un poco alto desde el principio, pero como lo enterré más que a los otros dos, el defectillo quedó completamente oculto (bajo el sustrato).
En la foto nº 2 puede verse como la etiolación del Lithops salicola fue en aumento año tras año. En el momento de tomar esta foto, en el año 2020, los regaba normalmente. Los tres Lithops estaban perfectamente hidratados, ni por exceso ni por defecto, pero el Lithops salicola crecía y crecía y crecía.
En las fotos nº 3 y nº 4 pueden verse los resultados del siguiente año, después de haber mantenido la maceta en unas condiciones de riegos mínimos. Los tres cuerpos se pueden ver algo deshidratados, no obstante, los tres florecieron normalmente y el Lithops salicola continuaba muy etiolado. No había conseguido corregirlo.
En las fotos nº 5 y nº 6, tomadas a finales del año pasado (año 2021), observé como el Lithops salicola tenía una raja en la parte baja de su cuerpo y supuse que, por fin, eso podría ser un signo de que se iba a corregir la etiolación. Yo esperaba que por esa raja surgiera un nuevo cuerpo, con una altura inferior, pero . . . ¡Lo que estaba saliendo era una nueva flor! . . . estaba teniendo dos floraciones consecutivas en la misma temporada.
Vale, lo reconozco: No era la flor más bonita del mundo. Pero se trataba de una segunda floración del Lithops salicola super-etiolado. El botón floral simplemente rompió el cuerpo por abajo, porque la flor “necesitaba abrirse” ya mismo y no tenía tiempo de “seguir escalando” hasta alcanzar la exagerada altura que tenía el cuerpo desproporcionadamente alto de este Lithops.
Como ya vimos antes, se trataba de un ejemplar que compré un poco etiolado y que, con el paso del tiempo, no solo no disminuyó su altura, sino que, año tras año, cada vez estaba más alto. Se trata de un ejemplar que comparte maceta con otros dos ejemplares, todos ellos sometidos al mismo protocolo de cultivo. Así que, podemos concluir que la etiolación es algo propio de este Lithops, y no es debida a las condiciones en que vive.
Como el año pasado había regado menos de la mitad de lo normal y la maceta había estado expuesta a más sol de lo normal. El resultado fue que, como era de esperar, el cuerpo mostraba muchas arrugas que demuestran la falta de agua. Pero todas las plantas de esta maceta florecieron normalmente (por arriba por supuesto) y, como puede verse en las fotos nº 7 y nº 8, el Lithops salicola ha vuelto a florecer una vez más en el mismo año (en esta ocasión por abajo).
Finalmente, hace apenas unos días, he podido observar que, a la hora de mudar este año, de nuevo, está teniendo un comportamiento muy anómalo. Vamos a verlo en una secuencia de tres fotos (ver foto nº 9, nº 10 y nº 11).
En la Foto nº 9 podemos ver como, debido a la etiolación de las dos cabezas existentes (las llamaremos C1 y C2) están surgiendo nuevas cabezas por abajo. Es decir, las nuevas cabezas han rajado la parte baja de los cuerpos de C1 y C2, y es por ahí por donde se está visualizando la muda de hojas.
En la Foto nº 10 podemos ver como tanto C1 como C2 han hecho mudas dobles, de forma que este ejemplar pasa a tener cuatro cabezas, a las que llamaremos C1.1 y C1.2 (las nuevas cabezas que han surgido de C1) y C2.1 y C2.2 (las nuevas cabezas que han surgido de C2). No soy nada partidario de “intervenir” en los Lithops, pero, para poder ver bien este caso excepcional, he terminado de rajar los cuerpos de C1 y C2, para que se vea mejor lo que está pasando dentro.
Finalmente he podido observar que, tal como se aprecia en Foto nº 11, la nueva cabeza C1.2 ha realizado una segunda muda consecutiva este año, y, por lo que se ve, de momento podemos pensar que será una muda simple (una quinta cabeza). Además, también vemos como la flor que rompió el cuerpo de C1 cuando hizo la segunda floración del año pasado, ha sido fertilizada (yo no lo hice) y está formando una cápsula de semillas.
Es sorprendente como la Naturaleza intenta remediar ella sola las anomalías que ella misma produce: dobles floraciones; dobles mudas; salidas por abajo en lugar de por arriba; y floraciones y mudas consecutivas . . . ¡todo vale para sobrevivir!