manolithops.es


• Página principal
• Apuntes temáticos
• Especies y ejemplares
• Semilleros
• Bibliografía
• Preguntas infrecuentes
• Enlaces clasificados
• Donde comprar lithops
• Casos prácticos
• Fotogalería
• Lithops ID
• Manolihops_ en Instagram
• Lista de intercambio
• Libro Lithops
• Apuntes Conophytum
• Mapa de manolithops.es

Fotogalería

Exposición nº 16

Autor: Antonio Barrionuevo Melgares

Título: "Grandes Lithops (de la colección de Antonio Barrionuevo Melgares)"

Octubre de 2013

Antes de mostrar la exposición citada en el epígrafe, me gustaría hacer una pequeña presentación de la misma:

Recuerdo que hace algún tiempo me preguntaron si era posible separar dos cabezas de un Lithops que había tenido una regeneración doble. La respuesta fue positiva, por supuesto que es posible, sin más que tener algo de cuidado para que ambas cabezas, después de separadas, conserven parte del único sistema de raíces de la planta. Otra cosa es que sea conveniente porque, sin ninguna duda, un ejemplar de dos cabezas es, desde cualquier punto de vista, mucho más valioso que dos ejemplares de una cabeza.

En Lithops, cultivar ejemplares durante muchos años y conseguir que estos tengan muchas cabezas es un valor a tener en cuenta. Hace apenas unos días leí que el británico Brian Fearn tenía un ejemplar de 63 años de antigüedad que, probablemente, sea el Lithops más viejo de entre todos los cultivados en Europa. Pero en España la afición por este genero de plantas es bastante reciente y no es fácil encontrar a ningún aficionado que tenga ejemplares tan antiguos vivos.

Pero yo he tenido la suerte de encontrar al malagueño Antonio Barrionuevo Melgares que, utilizando sus propias palabras, se define de la siguiente manera: "Soy un loco de los cactus y otras suculentas desde antes de ser mayor de edad y todavía tengo algunos ejemplares de aquella época. ¡Imagínate como están!".

Cuando me enteré de que en la colección de Antonio había algunos ejemplares de Lithops que llevaban con él casi veinte años, no tardé ni un segundo en proponerle organizar una exposición con fotografías de esos ejemplares tan antiguos que, con toda seguridad, deberían tener ahora un número considerable de cabezas.

Y justo eso es lo que vamos a mostrar a continuación: una exposición fotográfica de grandes Lithops de la colección de Antonio Barrionuevo Melgares. A pesar de que él dice: "Pienso que la causa de que "mis nenes" estén tan criaditos no es ya por los mimos que les doy sino por el clima de Málaga, con temperaturas muy suaves en invierno (sin riesgo de heladas) y días no demasiado calurosos en verano (salvo en los días de terral que pasamos de 40 grados)". Yo no estoy muy de acuerdo con esa afirmación. Alguien que mantiene una colección de plantas durante más de treinta años y que cultiva ejemplares como los que vamos a ver a continuación, aunque viva en Málaga, ¡algo tiene que ver con el hecho de mantener ejemplares tan sanos y tan bellos!

Veamos la exposición:

Y, cómo colofón de esta exposición, le he pedido a Antonio Barrionuevo que nos escriba unas palabras sobre su afición por los Lithops:

En principios de verano de 1976 se hizo una exposición de flores y plantas en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Torremolinos con la denominación FLORASOL 76. El azar hizo que apareciera por alli y todo me parecia bonito e interesante, pero al pasar por la zona de los cactus el interés paso a ser entusiasmo y el entusiasmo a fascinación. Fue un auténtico flechazo. Toda aquella miríada de "cactucitos" en macetitas de 5.5. Todos distintos, preciosos. Recuerdo aquellos E. grusonii enormes, dorados. Cuando todavia no despertaba de mi fascinación en un apartado de suculentas me fijo en unas "cositas redonditas" plantadas sobre fina greda volcánica y un letrero que dice: LITHOPS: PIEDRAS VIVIENTES. Me quedé hipnotizado. Pero...

¿Esto que son...plantas? Si parecen "de mentira". Me hice una firme promesa, en ese mismo instante: Yo tengo que "criar" estas plantas ... El resultado obviamente es que me han "enganchado" per saecula saeculorum.

Mis inicios en el cultivo de Lithops fueron dramáticos por varias razones: unas veces no controlaba el riego y los mataban los mohos, otras veces los cocía al sol, en otras por miedo a regarlos mucho lo hacia poco y no pasaban del siguiente invierno. Aunque soy una persona tenaz cuando me propongo superar dificultades, me rendí. Me dije que era "un amor imposible" y abandoné, seguí con todo lo demás menos con ellos. Como quince años después, en una visita a un vivero que por entonces se llamaba Espacios Verdes, habia varias macetitas de Lithops en una bandeja y cuando los ví otra vez tuve "mariposillas en la barriga". Solo me hice con uno y aunque el temor al fracaso persistía me propuse intentarlo de nuevo pero cambiando de estrategia.

Me documenté cuanto pude sobre el hábitat, condiciones de vida, pluviometría, etc. Preparé un sustrato parecido al que desde mi punto de vista existe en una zona árida. Era básicamente mineral a base de arena gruesa, greda volcánica fina, molienda obtenida de la misma greda, algo de arcilla y un poco de mantillo de castaño. Le quité el sustrato que traía de la macetita lo plante en el nuevo sustrato y solo lo regaba cuando empezaba a arrugarse. Desde noviembre a mediados de febrero no veía el agua. Pasó la primera temporada, y la segunda y la tercera...y floreció y empezó a dividirse y consecuentemente perdí el miedo a "un amor imposible". Es el más antiguo que tengo, un L. karasmontana mickbergensis. Este pasado verano hizo veinte años que lo tengo y tiene 8 preciosas cabezas. Poco a poco me fuí haciendo de otros ejemplares (siempre con una cabeza) y a día de hoy las perdidas de plantas son prácticamente testimoniales.

Mi método de cultivo es bien sencillo y no difiere en la práctica de cuantos he leído por ahí. Por mi experiencia, cualquier sustrado con una composición mineral que oscile entre el 80% y el 90% es perfecto. Tengo un L. halli halli de 15 cabezas al que una temporada por razones de urgencia, le prepare un sustrato con 8 partes de perlita, 1 de vermiculita y otra de mantillo de castaño. Me fue tan genial que estuvo tres años con ese compuesto. Siempre pongo la última capa que va desde el meristema hasta poco más de la mitad superior de la planta de "chinos" de los que se usan en acuarios. Es una forma de evitar, entre otras cosas, que al engordar la planta se haga alguna herida con el consiguiente peligro de infección micótica (Tengamos en cuenta que los Lithops son un almacén de agua en un 90%). Un verano probé poniendo abono para cactus en el agua de riego y alguna planta tubo un crecimiento un poco anormal alargándose más de lo debido y algunas cabezas prácticamente explotaron dejándoles como secuela unas enormes cicatrices. Afortunadamente no llegó a mayores y la planta se regeneró la siguiente temporada. No he vuelto a utilizar abono. En el periodo de riegos, los intervalos oscilan entre los quince y veinte días según tamaño de la planta y la maceta. Yo tengo un "truquito" que me va muy bien, Introduzco un palito (De los de pinchito moruno por ejemplo) hasta el fondo de la maceta y que guarde equidistancia entre la parte mas exterior de la planta y el borde de la maceta. Unos diez días después lo saco y si todavía sigue húmedo o frío, no riego. Cuando esta seco entonces riego, como dije la oscilación varia entre los 15 y los 20 días.

El periodo de reposo con carencia de riegos que les doy empieza con el último que lo hago despues de la floración que suele ser desde finales de Octubre a mediados de Noviembre aproximadamente y el primero que es cuando prácticamente, han salido todas las nuevas cabezas (Finales de invierno a principio de primavera).

El por qué de tener plantas con tantas cabezas, creo que no tiene otra explicación que la propia naturaleza de ellas mismas. Las cultivo a todas bajo las mismas condiciones y para plantas con la misma edad, calculo que unos 18 años, un L. schwantesii tiene 24 cabezas y un L. leislei venteri solo 2. Eso si, ambas muy vitales. Quizá un detalle que pueda tener algo que ver al menos en algunas.

Al principio la mayoria de ellas las cultivé juntas en una terrina (Por espacio de unos 7 u 8 años). Cuando debido al crecimiento demandaron más espacio, las cambié a macetas individuales mas bien grandes para ellas. Ahí surgió el milagro para alguna de ellas. Es posible que al tener un mayor espacio vital, las raíces proliferaran con más vehemencia, y la planta lo tradujera en más diversificación de cabezas. No sé...ellas sabrán.

Un último consejo si se me permite, desde mi humilde posición de aficionado. Si en la naturaleza no hay nadie que les quite las viejas hojas secas, yo tampoco lo hago. Es lo lógico y natural. Aparte de proteger a la planta de posibles heridas por causa del crecimiento al presionar sobre la última capa de sustrato, le da más SOLERA como al buen vino. Solo elimino las que se desprenden solas. Bueno eso y los restos de flores para darle más vistosidad. Tambien me gusta dejarlas lustrosas quitándoles el polvo con pincel suave un par de vecxes a la semana.

Espero que mi humilde aportación y mi experiencia personal pueda en la medida de lo posible, disipar alguna duda. Quiero agradecer, por suspuesto, a nuestro amigo Manuel el haberme concedido éste "minuto de oro" que tanto me ha gratificado.

Un afectuoso saludo a todos los "locos" por las suculentas. Estamos hechos de otra pasta.

Para terminar sólo me resta agradecer a Antonio su excelente colaboración, tanto desde el punto de vista fotográfico como por estas palabras tan directas y sencillas como interesantes. Sin duda esta exposición me parece muy atractiva por los excelentes ejemplares que podemos ver en ella, pero aún me parece más interesante haber conocido a alguien como Antonio Barrionuevo, tan enamorado de las suculentas que es capaz de mantener vivas a sus plantas durante décadas, ¡sin darle la menor importancia! . . . ¡cómo si eso fuera lo más natural del mundo!