Nocviembre de 2022
Hace un par de días me llegó una pregunta de Montse Garcia Ferrer (@montse.garcia32) a través de un MP en Instagram.
El MP decía así:
Hola, buenos días!
Un día que té apetezca y si te parece interesante, podrías hablarnos de la lignificación de las raíces de los Lithops?
Es normal? Se puede evitar de alguna manera? Es debido a un mal sustrato o riego? . . .
Ya respondí, de forma corta, a esta cuestión; pero creo que el tema es lo suficientemente interesante como para responder aquí con un poco mas de detalle:
Lo primero decir que la palabra "lignina" proviene del término latino "lignum", que significa leña o madera.
No vamos a entrar en demasiadas profundidades a la hora de describir "qué cosa" es la lignina, dejémoslo en que se trata de un polímero orgánico (grandes moléculas constituidas por la unión de pequeñas moléculas) que tiene la capacidad de formar material estructural (madera y/o corteza) en los tejidos vegetales, de forma que aporta rigidez y resistencia a la pudrición.
Algunas plantas, por ejemplo, la práctica totalidad de árboles y arbustos, contienen lignina (en diferentes proporciones, es decir unas más que otras); pero otras no, como, por ejemplo, las plantas herbáceas. A las plantas que tienen gran cantidad de lignina se las denomina leñosas y se caracterizan por tener un tallo grueso y duro.
Ya sabemos que es la lignina (y para que sirve), veamos ahora que es la lignificación. Digamos que se trata de un proceso evolutivo que consiste en la transformación de algunas partes de una planta (no toda la planta entera) que convierte sus tejidos vegetales (los de la parte lignificada) en madera.
La lignificación, en general es buena, aunque, como siempre, los matices pueden ser muy importantes. Vayamos a los dos casos extremos: (1) si el 100% de la planta se lignifica, eso significa la muerte (la planta se convertirá simplemente en un trozo de madera); mientras que, (2) una planta con un 0% de tejidos lignificados no morirá, pero será más sensible a los microrganismos y a la penetración de enzimas destructivas.
Los tallos, en las plantas que los tienen, crecen en dirección contraria a las raíces y se encargan de mantener erguida a la planta, de forma que, al estar separada del suelo, es menos sensible a la pudrición. En todo caso, los tallos, a pesar de su aspecto duro y leñoso, sí permiten la circulación de agua y nutrientes desde las raíces hasta el resto de la planta.
Pero los Lithops no tienen tallo. Simplemente las hojas están directamente unidas a las raíces y este contacto directo con el suelo (de hecho, en muchos casos, las hojas de los Lithops llegan a estar enterradas por debajo del nivel del suelo) es uno de los motivos por los que este tipo de plantas se pudren con tanta facilidad.
No obstante, un Lithops viejo y/o con muchas cabezas, es capaz de producir un pseudo-tallo moderadamente lignificado. Este proceso de lignificación aporta una estructura, más rígida que las hojas, cuya función consiste en mantener unidas entre sí (formando una única mata) a todas las cabezas de un ejemplar, así como en establecer una conexión entre todas las cabezas y el sistema de raíces (no olvidemos que todas las cabezas de un Lithops son parte de una única planta).
El proceso de lignificación en los Lithops tarda en aparecer y no representa para ellos ningún problema o riesgo. De hecho, la lignificación suele producirse a partir del sexto o séptimo año y los Lithops pueden llegar a vivir cuarenta años, o incluso más.
La lignificación de los Lithops no es una "cosa mala", más bien sucede todo lo contrario, gracias a ella todas las cabezas se mantiene unidas y son capaces de conectar con el único sistema de raíces de la planta. Lo que sí puede suponer un problema es que las raíces, por uno u otro motivo, se atrofien y lleguen a desaparecer. En ese caso solo existen dos posibilidades: o bien la planta re-enraíza o bien morirá.
Foto nº 1
Lithops bromfieldii insularis C043, de diez años de edad:
las diez cabezas que tiene forman un "racimo" muy compacto . . .
Foto nº 2
. . . gracias al proceso de lignificación que ha sucedido en la parte baja de las hojas.
Las racies continuan "funcionando" perfectamente.
Foto nº 3
Lithops geyeri 'Hillii' C232, de unos cinco años de edad:
solo tiene dos cabezas, pero ya ha lignificado un poco y . . . ¡me llegó sin raices! . . .
Foto nº 4
. . . un par de años después, el mismo Lithops geyeri 'Hillii' C232 ha re-enraizado perfectemnte
y tiene la vitalidad suficiente como para florecer.