Preguntas infrecuentes


pi-058: "¿Por qué sólo florecen algunas de las cabezas de los Lithops?"

Octubre de 2016


Pues, siendo sincero, no tengo ni idea. Lo único que puedo hacer es consultar las fotos de los últimos años de mis Lithops con más cabezas, para ver si encuentro algún patrón de comportamiento en relación con qué unas cabezas produzcan flores y otras no.

Después de ver las fichas fotográficas que conservo de varios de mis Lithops, creo que sí existe un factor que permite prever cuando una cabeza va a florecer y cuando no. Es más, creo que ese mismo factor también puede darnos alguna pista para predecir cuándo una cabeza, en la siguiente temporada, tendrá una muda doble y cuando tendrá una muda simple. Ese factor es, simplemente, el tamaño de la cabeza.

No tengo ningún tipo de prueba que permita hacer esa afirmación con rotundidad científica, pero sí he observado ese comportamiento en buena parte de mis Lithops. En realidad, he podido observar las siguientes situaciones en el momento de la muda de un Lithops adulto:

  1. A veces una cabeza tiene una muda simple y, en esos casos, lo normal es que la nueva cabeza crezca fuerte y grande y, en la mayoría de los casos, esa cabeza florecerá en el otoño siguiente y, especialmente en los primeros años de vida de la planta, también es muy probable que el siguiente año la muda de esa cabeza sea doble.


  2. A veces una cabeza tiene una muda doble, en la que las dos nuevas cabezas aparecen en el mismo momento. En esa situación pueden pasar dos cosas:



  3. A veces una cabeza tiene una muda doble, en la que las dos nuevas cabezas no aparecen en el mismo momento, sino que, inicialmente aparece sólo una y, unos días más tarde (o incluso algunas semanas más tarde) aparece la otra. Casi siempre, la primera de las dos nuevas cabezas será más grande y fuerte que la segunda. En ese caso el comportamiento de ambas cabezas será proporcional a su tamaño: la grande probablemente florecerá en el siguiente otoño y hará una muda doble en la siguiente primavera; en cambio la pequeña no florecerá en otoño y en la siguiente primavera hará una muda simple que, eso sí, producirá una nueva cabeza que ya no será tan pequeña.
Insisto en que todo esto sólo son apreciaciones mías y no puede considerarse como una cosa demostrada y general, pero creo que, en el caso de los Lithops adultos jóvenes y sanos, sí es un patrón de comportamiento que se repite con mucha frecuencia. Además, tal como decíamos antes, parece algo bastante lógico: los grandes y fuertes florecen y hacen mudas dobles en el siguiente año, mientras que los pequeños no floren y se dedican exclusivamente a hacer una muda simple en el siguiente año en la que, eso sí, producirán una nueva cabeza que ya no será tan pequeña.

Veamos algunas fotos que ilustren los diferentes casos que hemos descrito en los párrafos precedentes:



Este Lithops marmorata, que el año pasado tenía cuatro cabezas, ha hecho dos mudas simples y dos mudas dobles; pasando a tener seis cabezas.
Como se puede ver, las dos mudas simples han producido dos nuevas cabezas grandes.
En cambio, las dos mudas dobles han producido, cada una de ellas, dos nuevas cabezas en las que existe una cierta disparidad de tamaños; una es grande y la otra pequeña.



Este caso es todavía más claro, se trata de un Lithops aucampiae, que el año pasado tenía dos cabezas, y ha hecho dos mudas dobles; pasando a tener cuatro cabezas. Como se puede ver, la desproporción de tamaños entres las cabezas de cada muda doble es considerable.



En cambio, este precioso Lithops fulviceps v. fulviceps 'Aurea' C363, que el año pasado tenía dos cabezas, ha hecho dos mudas simples.


Ambas cabezas tienen un tamaño aceptable, y las dos van a florecer.


En efecto, dos preciosas flores.


Pero, mejor que ver ejemplos sueltos, vamos a centrarnos en un único ejemplar y vamos a ver cómo ha ido evolucionando a lo largo de los años.

Vamos a hacer la siguiente hipótesis: Después de una muda primaveral, las cabezas grandes de la muda darán flor en el siguiente otoño y producirán una muda doble en la primavera del año siguiente. En cambio, las cabezas pequeñas de la muda no darán flor en el siguiente otoño y producirán una muda simple en la primavera del año siguiente.

Ahora comprobaremos el resultado real y veremos si hemos acertado en nuestra predicción o si, por el contario, nuestra hipótesis era falsa:


Año 2012

En el mes de abril compré en Mesa Garden un ejemplar de dos cabezas de Lithops bromfieldii v. insularis C043. Lo planté e inmediatamente comenzó a hacer su primera muda (de hecho creo que la muda ya venía iniciada de Mesa Garden).

Cada una de las dos cabezas hizo una muda simple, con la particularidad de que una de las dos cabezas nuevas (a la que identificaré como CABEZA 1) tenía un buen tamaño, mientras que la otra (a la que identificaré como CABEZA 2) era sustancialmente menor. Ambas cabezas tenían muy buen aspecto en cuanto a textura, pero el tamaño era muy diferente:


Según la hipótesis que he planteado en la primera parte de esta página, para el año siguiente se podría hacer la siguiente predicción:

  1. Dado que este año sólo hay una cabeza grande, en el próximo otoño la planta debe producir una única flor.

  2. Dado que este año sólo hay una cabeza grande, en la primavera del año siguiente la planta debe pasar a tener tres cabezas (las dos anteriores, más una más de una muda doble).
Cómo podemos ver en las siguientes fotos, en efecto, en otoño la planta dio una flor y en la siguiente primavera la planta pasó a tener tres cabezas.

¡Acierto pleno!

Veamos ahora unas fotos, tomadas en primavera y otoño, en las que se aprecia el comportamiento real de este ejemplar en la temporada 2012:


Año 2013

En la primavera de 2013, después de la muda, la planta pasó a tener tres cabezas: Una procedente de la CABEZA 2 del año pasado (a la que seguiré identificando como CABEZA 2) y otras dos más procedentes de la CABEZA 1 del año pasado (a las que identificaré como CABEZA 1.1 y CABEZA 1.2).

Cabe destacar que dos de las tres cabezas (CABEZA 2 y CABEZA 1.1) eran de gran tamaño, mientras que la tercera cabeza (CABEZA 1.2) era bastante más pequeña:


Por lo tanto, para el año siguiente se podía hacer la siguiente predicción:

  1. Dado que este año tenemos dos cabezas grandes, en el próximo otoño la planta debe producir dos flores.

  2. Dado que este año tenemos dos cabezas grandes, en la primavera del año siguiente la planta debe pasar a tener cinco cabezas (las tres anteriores, más dos de dos mudas dobles).
Cómo podemos ver en las siguientes fotos, en efecto, tal como habíamos supuesto, en otoño la planta dio dos flores; en cambio, sólo hubo una única muda doble (en vez de las dos que habíamos supuesto), por lo que la planta pasó a tener cuatro cabezas (en vez de las cinco previstas).

Veamos ahora unas fotos, tomadas en primavera y otoño, en las que se aprecia el comportamiento real de este ejemplar en el año 2013:


Año 2014

En la primavera de 2014, después de la muda, la planta pasó a tener cuatro cabezas: Una procedente de la CABEZA 2 del año pasado (a la que seguiré identificando como CABEZA 2), otra procedente de la CABEZA 1.2 del año pasado (a la que seguiré identificando como CABEZA 1.2) y otras dos más procedentes de la CABEZA 1.1 del año pasado (a las que identificaré como CABEZA 1.1.1 y CABEZA 1.1.2).

Cabe destacar que tres de las cuatro cabezas (CABEZA 2, CABEZA 1.2 y CABEZA 1.1.1) eran de gran tamaño, mientras que la cuarta cabeza (CABEZA 1.1.2) era bastante más pequeña:


Por lo tanto, para el año siguiente se podría hacer la siguiente predicción:

  1. Dado que este año tenemos tres cabezas grandes, en el próximo otoño la planta debe producir tres flores.

  2. Dado que este año tenemos tres cabezas grandes, en la primavera del año siguiente la planta debe pasar a tener siete cabezas (las cuatro anteriores, más tres de tres mudas dobles).
Cómo podemos ver en las siguientes fotos, en otoño la planta dio cuatro flores (una más de las previstas). En cuanto a las mudas dobles, sólo hubo dos mudas dobles (en vez de las tres que habíamos supuesto), por lo que la planta pasó a tener seis cabezas (en vez de la siete previstas).

Veamos ahora unas fotos, tomadas en primavera y otoño, en las que se aprecia el comportamiento real de este ejemplar en el año 2014:


Año 2015

En la primavera de 2015, después de la muda, la planta pasó a tener seis cabezas: Una procedente de la CABEZA 1.2 del año pasado (a la que seguiré identificando como CABEZA 1.2); otra procedente de la CABEZA 1.1.2 del año pasado (a la que seguiré identificando como CABEZA 1.1.2); dos más procedentes de la CABEZA 1.1.1 del año pasado (a las que identificaré como CABEZA 1.1.1.1 y CABEZA 1.1.1.2); y dos más procedentes de la CABEZA 2 del año pasado (a las que identificaré como CABEZA 2.1 y CABEZA 2.2) .

Cabe destacar que cuatro de las seis cabezas (CABEZA 2.1, CABEZA 1.2, CABEZA 1.1.2 y CABEZA 1.1.1.1) eran de gran tamaño, mientras que las otras dos cabezas (CABEZA 2.2 y CABEZA 1.1.1.2) eran bastante más pequeñas:


Por lo tanto, para el año siguiente se podría hacer la siguiente predicción:

  1. Dado que este año tenemos cuatro cabezas grandes, en el próximo otoño la planta debe producir cuatro flores.

  2. Dado que este año tenemos cuatro cabezas grandes, en la primavera del año siguiente la planta debe pasar a tener diez cabezas (las seis anteriores, más cuatro de cuatro mudas dobles).
Cómo podemos ver en las siguientes fotos, en otoño la planta dio seis flores (dos más de las previstas). En cuanto a las mudas dobles, ¡hubo exactamente las mudas dobles previstas!, por lo que la planta pasó a tener diez cabezas (tal cómo habíamos imaginado).

Veamos ahora unas fotos, tomadas en primavera y otoño, en las que se aprecia el comportamiento real de este ejemplar en el año 2015:


Año 2016

En la primavera de 2016, después de la muda, la planta pasó a tener diez cabezas: Una procedente de la CABEZA 2.2 del año pasado (a la que seguiré identificando como CABEZA 2.2); otra procedente de la CABEZA 1.1.1.2 del año pasado (a la que seguiré identificando como CABEZA 1.1.1.2); dos más procedentes de la CABEZA 2.1 del año pasado (a las que identificaré como CABEZA 2.1.1 y CABEZA 2.1.2); dos más procedentes de la CABEZA 1.2 del año pasado (a las que identificaré como CABEZA 1.2.1 y CABEZA 1.2.2); dos más procedentes de la CABEZA 1.1.2 del año pasado (a las que identificaré como CABEZA 1.1.2.1 y CABEZA 1.1.2.2); y dos más procedentes de la CABEZA 1.1.1.1 del año pasado (a las que identificaré como CABEZA 1.1.1.1.1 y CABEZA 1.1.1.1.2).

Cabe destacar que seis de las diez cabezas (CABEZA 2.2, CABEZA 2.1.1, CABEZA 1.2.1, CABEZA 1.1.2.1, CABEZA 1.1.1.2 y CABEZA 1.1.1.1.1) eran de gran tamaño, mientras que las otras cuatro cabezas (CABEZA 2.1.2, CABEZA 1.2.2, CABEZA 1.1.2.2 y CABEZA 1.1.1.1.2) eran más pequeñas:


Por lo tanto, para el año siguiente se podría hacer la siguiente predicción:

  1. Dado que este año tenemos seis cabezas grandes, en el próximo otoño la planta debe producir seis flores.

  2. Dado que este año tenemos seis cabezas grandes, en la primavera del año siguiente la planta debe pasar a tener dieciséis cabezas (las diez anteriores, más seis de seis mudas dobles).
Cómo podemos ver en la siguiente foto, en efecto, en otoño la planta ha dado seis flores (exactamente las que teníamos previstas, aunque el otoño aún no ha terminado). Tendremos que esperar a la próxima primavera para ver si, tal como hemos previsto, la planta pasa a tener dieciséis cabezas después de mudar.

Veamos ahora unas fotos, tomadas en primavera y otoño, en las que se aprecia el comportamiento real de este ejemplar en el año 2016:


CONCLUSIÓN

Después de hacer el seguimiento de este Lithops durante todos estos años parece que, en efecto, en la mayoría de los casos, se cumple la hipótesis que hicimos que decía que: "Después de una muda primaveral, las cabezas grandes de la muda darán flor en el siguiente otoño y producirán una muda doble en la primavera del año siguiente. En cambio, las cabezas pequeñas de la muda no darán flor en el siguiente otoño y producirán una muda simple en la primavera del año siguiente".

En la siguiente tabla podemos ver como los resultados reales han sido muy parecidos a los resultados previstos según la hipótesis de trabajo que hemos manejado:

Año Datos reales Datos previstos
2012
Nº de CabezasNº de Flores
21
Nº de CabezasNº de Flores
-1
2013
Nº de CabezasNº de Flores
32
Nº de CabezasNº de Flores
32
2014
Nº de CabezasNº de Flores
44
Nº de CabezasNº de Flores
53
2015
Nº de CabezasNº de Flores
66
Nº de CabezasNº de Flores
74
2016
Nº de CabezasNº de Flores
106
Nº de CabezasNº de Flores
106
2017
Nº de CabezasNº de Flores
??
Nº de CabezasNº de Flores
16-

Además, si nos fijamos en la identificación de las diez cabezas del esquema correspondiente al año 2016, podemos observar que siete de dichos identificaciones comienzan por el número uno y solamente tres comienzan por el número dos. Dado que a la hora de asignar identificadores a las cabezas procedentes de una muda doble hemos utilizado el número uno para las cabezas grandes y el número dos para las pequeñas, eso quiere decir que siete de las cabezas proceden de la cabeza grande del primer año, mientras que sólo tres proceden de la cabeza pequeña del primer año o, dicho de otra forma: "¡Caballo grande, ande o no ande!".

Por cierto: ¡tengo que trasplantar urgentemente a este ejemplar, porque el año que viene, si todo va como debe ir, no cabrán tantas cabezas (según nuestra hipótesis serán 16) en la maceta actual!